lunes, 10 de junio de 2019

Leishmaniasis, afecta salud ambiental de tachirenses.


Las Personas que padecen de esta enfermedad se han quedado sin inmunidad debido a la suspensión de la vacuna de Covint, las consecuencias de esta enfermedad pueden llegar hacer irremediables.
La leishmaniasis está representando un problema creciente de salud pública en el estado Táchira, debido a que desde diciembre del 2012 no se ha vuelto a suministrar la vacuna de Convit, la cual se le aplicaba tres dosis cada semana a pacientes de forma gratuita; ya que no contaban con los recursos necesarios para el tratamiento de esta enfermedad. La vacuna de Convit, fue creada por el Dr., Jacinto Convit y desde 1989, los pacientes con leishmaniasis se trataban con esta inmunoterapia. Según Arraíz (2013; 1). Expresa:

Actualmente, el Ministerio de Salud, a través del Instituto Nacional de Higiene, ha sacado del esquema de tratamiento de Convit, dando paso a un tratamiento que se usaba en Venezuela antes de la pre-citada vacuna y, que al parecer produce efectos secundarios, especialmente perjudica a los riñones.


La Organización Mundial de la Salud, actualmente considera la leishmaniasis como una enfermedad re-emergente y segunda causa de muerte por infecciones parasitarias. El agente se transmite al humano y a los animales como perros y gatos, a través de la picaduras de hembras de los flebotmos (grupo de insectos chupadores de sangre pertenecientes al género Luctzomya de la familia Psychodidae). Torrealba (1972). Indica, que se conoce con el nombre de leíshmaniasis, las enfermedades producidas por protozoarios…pueden ser divididas en: leishmaniasis superficiales, presentando lesiones fundamentalmente a nivel de los tegumentos y leishmaniasis profundas que dañan al hígado, el bazo y la médula ósea del hospedador.

Dicho esto la leishmaniasis cutánea afecta la piel y las membranas mucosas. Las llagas en la piel comienzan en el sitio de la picadura del mosquito (flebótomo); la leishmaniasis sistémica o visceral afecta el cuerpo entero y es una forma que ocurre de 2 a 8 meses después de que la persona es picada. Los parásitos dañan al sistema inmunitario disminuyendo el número de células que combaten la enfermedad, siendo este tipo más mortal. Se ha intentado prevenir la enfermedad con repelentes de insectos aplicados a los mosquitos en épocas de mayor riesgo de contagio, pero se han obtenido malos resultados.

Cabe destacar que esta enfermedad ha estado vigente desde hace mucho tiempo.  En los siglos XV y XVI, durante la colonización española en América, se describió esta enfermedad, y afectaba a los indígenas de la ladera oriental de la Cordillera de los Andes, en los valles cálidos y húmedos (donde se produce coca), produciéndoles la destrucción de la nariz y las cavidades nasales. Actualmente se ha informado de casos de leishmaniasis en todos los continentes, a excepción de Australia y la Antártida. En Venezuela, los datos indican que el Táchira es el estado de con mayor incidencia de esta patología y, que en los últimos cinco años se han registrado unos 1.200 casos positivos; se desconoce con precisión los municipios afectados, aunque por condiciones geográficas se puede establecer las zonas montañosas del estado como las principales fuentes de reproducción de este mosquito transmisor de la enfermedad.

Los síntomas de la leishmaniasis cutánea son: dificultad para respirar; llagas en la piel que pueden volverse úlceras, que sanan muy lentamente; congestión nasal; rinorrea y hemorragia nasal: dificultad para deglutir; úlceras y desgaste (erosión) en: la boca, la lengua, las encías, los labios, la nariz y el tabique nasal. En los niños, la infección visceral y sistémica empieza generalmente de una manera súbita con: tos, diarrea, fiebre y vomito. Los adultos por lo general presentan una fiebre que dura de 2 semanas a 2 meses, acompañada de síntomas como: fatiga, debilidad e inapetencia. La debilidad aumenta a medida que la enfermedad empeora. Otros síntomas de la leishmaniasis visceral y sistémica pueden ser: molestia abdominal; fiebre que dura semanas, y que puede aparecer y desaparecer en ciclos; sudor constante; piel escamosa, grisácea, oscura y pálida, pérdida de cabello y adelgazamiento.

Cabe destacar que para el diseño e complementación de medidas de prevención y control de la  leishmaniasis, es necesario conocer las especies vectores, así como su blomonia, dado a que el riesgo epidemiológico de infección está determinado por el comportamiento de los vectores. Además, influyen las épocas del año y horas del día o de la noche, en que ocurre mayor contacto entre el hombre y el vector infectado; así como el estado de las viviendas donde los grupos sociales están en mayor riesgo. Por otra parte las consecuencias de esta enfermedad son tan graves que puede necesitarse hasta una cirugía plástica para corregir la desfiguración causada por las llagas en la cara (leishmaniasis cutánea). De igual manera, los pacientes con leishmaniasis viral resistente a los medicamentos pueden necesitar la extirpación del bazo (esplenectomía).



Referencias Bibliográficas:

Arraíz, Lorena E. “Pacientes con leishmaniasis en Táchira sin recibir tratamiento”. El Universal. Caracas. Venezuela. 23 de octubre de 2013.

Torrealba, Witremundo. “Leishmaniasis y sus vectores”. IV Congreso Latinoamericano de farmacología Terapéutica, Caracas, Venezuela. 1972.


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