Inútiles, el Prozac y otras “píldoras de la felicidad”
Revela un estudio que los antidepresivos no tienen efecto significativo; farmacéuticas esconden datos
Jeremy Laurance (The Independent)
Londres. Las “píldoras de la felicidad”, que supuestamente mejoran el ánimo de quienes sufren depresión, se encuentran entre los fármacos de mayor venta y son tomadas por millones de personas en todo el mundo. Pero uno de los estudios más completos realizados sobre las modernas drogas antidepresivas ha descubierto que no tienen un efecto clínicamente significativo. En otras palabras, no funcionan.
El hallazgo enviará ondas de choque por toda la profesión médica y entre los pacientes, y plantea serias preguntas sobre la regulación de la industria farmacéutica trasnacional, la cual fue acusada de retener datos sobre esos medicamentos.
La popularidad de la nueva generación de antidepresivos, entre ellos las conocidas marcas Prozac y Seroxat, lanzadas a finales de la década de 1980, se expandió gracias a que las empresas las promovieron intensamente como más seguras y con menos efectos colaterales que otros antidepresivos tricíclicos.
La publicación del libro Listening to Prozac (1994), cuyo autor, Peter Kramer, sugería que cualquier persona con poco “jugo de felicidad” podría darse una dosis de Prozac y “abrillantar su estado de ánimo”, elevó las ventas a la estratosfera.
En el Reino Unido, unos 3.5 millones de personas toman esos fármacos, conocidos colectivamente como inhibidores selectivos de la reabsorción de serotonina (ISRS), y en 2004 se emitieron 29 millones de recetas. Prozac, el más conocido, fabricado por Eli Lilly, fue la droga de mayor venta en el mundo hasta que fue superado por Viagra.