Durante años, los temas referentes al medio ambiente han sido ignorados y han pasado a segundo plano quitándoles la importancia que poseen. Se han estudiado temas como el crecimiento económico, el desarrollo social de un país, entre muchos otros, pero en ningún momento se han tomado medidas por tener un ambiente sano para vivir. Se tenía la remota esperanza que cuando se solucionaran los problemas económicos y sociales, el medio ambiente y los ecosistemas naturales tendrían la oportunidad de regenerarse por sí solos, lamentablemente esto no ha sucedido ni sucederá.
Entre los problemas ambientales que se enfrentan hoy en día encontramos la destrucción de los ecosistemas y su biodiversidad, la degradación de los suelos, la contaminación del aire, la disminución de disponibilidad de agua, y esto solo por nombrar algunos. Sumándole a estos problemas ambientales se encuentra el Cambio Climático, que por su rápido crecimiento, por la magnitud de su extensión y todos los problemas que implica, no solo a nivel ambiental, también social y económico, puede comprometer seriamente el futuro de todos los seres vivos en el planeta. Actualmente el tema del Cambio Climático resuena en toda la sociedad, medios de comunicación y sobre todo científicos que se han dado a la tarea de investigar a fondo cuales son las causas, consecuencias y las posibles soluciones, sin dejar de mencionar su acelerado crecimiento.
El cambio climático es definido como una modificación del clima a nivel regional y global; es un cambio durable y estable en la distribución del clima en periodos de tiempo que van desde décadas hasta millones de años. En general, se trata de cambios de orden natural, pero actualmente se encuentra asociado con el impacto que produce el ser humano. Por su parte, el calentamiento global es una manifestación clara del cambio climático, y se refiere al incremento de las temperaturas en la superficie terrestre y marítima. Para entender parte de lo que produce el Cambio Climático es necesario saber también de qué se trata el efecto invernadero.
La vida en la Tierra depende, entre otros factores, de una delgada capa gaseosa: la atmósfera. Esta capa es una mezcla de gases en la que dominan el nitrógeno (78.1%) y el oxígeno (20.9%), así como pequeñas cantidades de argón (0.93%). El pequeñísimo porcentaje restante lo constituyen el vapor de agua, ozono, dióxido de carbono, hidrógeno, neón, helio y kriptón. Estos gases se encuentran dispersos, en distintas cantidades, en las cinco capas que los científicos han dividido la atmósfera para estudiarla. Entre sus funciones más importantes puede mencionarse su control como filtro de la radiación ultravioleta, que llega a la superficie terrestre; su acción protectora, al destruir los meteoritos que llegarían a la superficie de la Tierra; y regular la temperatura, esto último por medio del llamado “efecto invernadero”.
Estos gases absorben y remiten la radiación en onda larga, devolviéndola a la superficie terrestre, causando el aumento de temperatura, fenómeno denominado Efecto Invernadero. Sin este fenómeno la temperatura de la Tierra sería en promedio 33°C más fría, el agua del planeta estaría congelada y muy probablemente la vida no se hubiese desarrollado o sería muy distinta de como la conocemos. Dado que los gases de efecto invernadero son uno de los factores más importantes para controlar la temperatura de la atmósfera, es fácil entender por qué un incremento de su concentración puede alterar el flujo natural de energía.
Retomando el tema del cambio climático sus causas se dividen en dos: causas naturales y causas antrópicas (generadas por actividades humanas). Si se habla de causas naturales podrían nombrarse el sol, y sus variaciones de los rayos luminosos que entran a la Tierra; la órbita terrestre, y sus oscilaciones periódicas. También puede hablarse del movimiento de las placas tectónicas, y sus variadas latitudes; la atmósfera, con la presencia de dióxido de carbono (CO2) producida por erupciones volcánicas; y las corrientes de los océanos. Ahora bien, estos procesos físicos permanecen constantes y varían muy pocas veces a lo largo de los años; por lo tanto, no repercuten tanto en el clima como la acción del hombre. El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (2012) afirma:
La generación de electricidad, el consumo de combustibles fósiles -como la gasolina y el diesel-, la producción del cemento para la construcción, la eliminación de la vegetación -que es conocida como cambio de uso del suelo-, así como la producción de los alimentos y de otros tantos bienes y servicios que consumimos a diario, generan una gran cantidad de gases de efecto invernadero. Esto quiere decir que también somos parte del problema (pág. 656).
Puede decirse que el estilo de vida del hombre y todas sus actividades hacen que el fenómeno del Cambio Climático Global continúe aumentando debido a que la composición atmosférica no se encuentra en equilibrio. También el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre El Cambio Climático (2014) considera: “A nivel mundial, el crecimiento económico y el crecimiento demográfico continuaron siendo los motores más importantes de los aumentos en las emisiones de CO2 derivadas de la quema de combustibles fósiles” (pág.5). De tal manera, existe una relación entre el calentamiento global y los combustibles fósiles por lo que Venezuela no debe alejarse mucho de esta situación. Así diferentes actividades como la industria, la actividad agropecuaria, los desechos orgánicos en descomposición, y la ampliación de centros urbanos mediante la deforestación han llevado a un aumento tan acelerado de estos gases, que en los últimos 50 años la acumulación solo del CO2 supera todos los registros de los últimos miles de años.
El mundo entero se ve afectado por el cambio climático, debe hablarse entonces del descongelamiento de glaciares y el nivel del mar, y su aumento considerable en los últimos años donde la Antártida y Groenlandia han mostrado evidencia de ello; también las llamadas “olas de calor” que provocan incendios y enfermedades respiratorias; así como también los huracanes, ciclones y sus tormentas devastadoras. Tampoco puede desconocerse como la sequía y la disminución del agua dulce ha disminuido y consigo la agricultura, ocasionando menos producción de alimentos y por supuesto hambre desencadenada en países de bajos recursos.
De esta manera, las consecuencias del Cambio Climático afectan a todos los seres vivos y no toman en cuenta ningún rasgo económico, social o político. Sánchez (2012) afirma que entre las consecuencias más impactantes en Venezuela podemos encontrar las inundaciones fluviales, aludes torrenciales (como el desastre del Vargas en 1999), menor capacidad hidroeléctrica, inundaciones pluviales, pérdida agrícola, suelos menos fértiles, extinción de especies, aumento del nivel del mar, contaminación del agua, salinización de acuíferos. Así estas consecuencias generan otros impactos que indudablemente afectan el espacio poblado y el ambiente natural.
Puede observarse un gran impacto en la salud, a nivel mundial pueden verse graves enfermedades como bolerriosis (enfermedad del Lyme), dengue, entre otras enfermedades infecciosas así como enfermedades respiratorias destacándose el asma. Finalmente el ecosistema también se va deformando buscando adaptarse a las condiciones climáticas por lo que se observa erosión de playas, inundación de humedales costeros, cambio en la composición de los bosques, desaparición de corales y otros hábitats.
También, debe entenderse que el período alrededor de marzo a junio es el más favorable para que ocurran los fenómenos de El Niño o La Niña y, por consiguiente, el saber de cómo utilizar la energía no es una opción sino más bien es una obligación. Por consecuencia, a través del tiempo se han desarrollado medidas no solo para controlar el ahorro de energía eléctrica, cuyo objetivo principal es evitar el calentamiento global, sino también como se debe actuar en los casos de deslaves, inundaciones y sequias producidas por estos fenómenos. En Venezuela se han implementado estrategias que han ayudado a evitar el cambio climático, y así conservar el estado de calidad del país, tales medidas son controlar el consumo de agua, así mismo implementar la reducción de emisores (vehículos), reciclar y actuar en la perdida de bosques.
Algunas de estas soluciones intentan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, causante del calentamiento global, y otras disminuir el consumo de los recursos naturales. Por ejemplo, el reducir la utilización del automóvil ayudaría ahorrar 30 gramos de CO2 por cada 4,5 kilómetros que no se conduzca. Por cada litro de combustible que se gasta se liberaría 2,5 kilos de CO2 según publicó la Comisión Europea.
Al reemplazar un bombillo tradicional por una de bajo consumo se ahorra más de 45 kilogramos de CO2 al año. De la misma manera se recomienda desconectar los artefactos eléctricos, ya que si se dejan conectados se sigue consumiendo energía. Así mismo, la separación de residuos contribuye a mejoras porque al disminuir la mitad de desperdicios de un hogar se estaría consumiendo 730 kilos de CO2 al año. Se debe evitar la quema y la tala de árboles, ya que el árbol actúa como filtro y reduce una tonelada de CO2 en la vida de él.
Aunado a esto, como otra medida, se debe reducir el consumo de agua a través de estrategias como lo son la incorporación de botellas en las cisternas y minimizar el riego de jardines por sistema de goteo. De igual forma lavar con agua fría o tibia ahorrará 150 kilos de CO2. El inodoro no es un buen sistema de eliminación de residuos. Allí van a parar casi 200.000 toneladas de papel higiénico, millones de compresas, tampones, y diferentes tipos de productos de usar y tirar así como aceites y otros líquidos contaminantes.
Para finalizar la mayor parte del calentamiento global se ha dado en los últimos 35 años; sin duda alguna, esto no es algo nuevo ya se ha discutido este tema por ejemplo, con el Protocolo de Kyoto en 1997; sin embargo, son las acciones más pequeñas las que pueden brindar mayores resultados. La población tiene más fuerza de la que cree y debe exigir medidas a los gobiernos para desarrollar mecanismos, y a la vez crear una conciencia global sobre el problema del calentamiento. Si no se actúa ahora vendrán inviernos más severos, ciclones tropicales más frecuentes y alteraciones en las estaciones.
Como ciudadanos del mundo es responsabilidad la salud del planeta. Las decisiones y acciones contribuyen al bien o deterioro del medio ambiente. La vida está en juego cuando se descubre que la salud está siendo afectada por las toxinas ambientales en el aire, el agua y los alimentos que consumimos. La Tierra es un planeta frágil con recursos limitados. La creciente amenaza del cambio climático significa que todos, desde individuos hasta empresas deben reevaluar el impacto ambiental y sus decisiones diarias.
Linares, Y., Delgado, F., Cuevas, D. (2016)
Universidad de Los Andes
Temas de Geografía de Venezuela
Linares, Y., Delgado, F., Cuevas, D. (2016)
Universidad de Los Andes
Temas de Geografía de Venezuela
REFERENCIAS

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